... cada kilómetro un mar de felicidad, cada entorno un referente para los sentidos, y cada persona, el puto mundo.



En SieRRa De Hayedos, Julio 2014


Perder la cabeza por algo que ansiamos a todas horas, valorar tu propia vida tanto como preocuparse por los que te rodean. Así de sencillo, y aun así, hay quien clama al cielo y gusta de tacharte de egoísta, pero egoístas con clase y palabra, oiga!.
Desprecio hacia aquellos que se niegan a claudicar arropados por una arrogancia experta en negar sus excesos y en encriptar su patética ignorancia. De aquellos que no paran de hablar sin más miras que un panfleto del que desconocen contenido y forma pero sin embargo son capaces de autoproclamarse paladines de la moralidad y las buenas costumbres. Y así hasta que salga el sol por Antequera, pero no es el caso, es momento de compartir historias desde nuestro gran entorno y sus rincones más exclusivos...
En este caso, una breve pero intensa incursión en el Hayedo de Tejera Negra al norte de la provincia de Guadalajara. Sin duda uno de esos desconocidos del entorno de Madrid a juzgar por sus desiertas sendas y prósperas carreteras. Todo ello me ha permitido, una vez más,  transitar a pleno rendimiento y total satisfacción, CÓMO DIOS!.


Y es que ya desde que sales de la N-I dirección a Riaza todo cambia radicalmente...

... sobre todo en lo más alto, allí todo es lejano pero muy cercano.

Premonitorio de mi ruta asturiana es la SG-117, una carretera de montaña distinta...

... aunque solo sea por un instante.

El microclima de la zona, junto a su aislamiento, ha permitido la conservación de una importante masa forestal de hayas, lo que en un entorno tan próximo a la capital siempre es de agradecer.

Los salientes rocosos entablan una feroz lucha con el estado de equilibrio...

... pero mi lucha es bien diferente (pedazo de morlaco!) ja, ja.

Con el respeto aún en el cuerpo continúo camino...

... y es que he de encontrar un surtidor pronto o me veo abocado, en mitad de la nada más placentera, a la perpetua inmovilización y consecuente tostadera ja, ja.

Hasta Yunquera de Henares no podré repostar así que de medio puño no paso. Llevo casi 400 kilos entre las piernas y no me veo (ni en sueños) intentando mover semejante acorazado siquiera un par de metros. 

La carretera es perfecta en trazado y firme, lástima no poder disfrutarla como se merece...

... pero me la guardo para la siguiente, SEGURO!.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Qué paisaje tan bonito y qué chula es Castilla y la Mancha. Y, por supuesto, grandes motos sacas. Imprescindible leerte: eres un Marco Polo urbano jaja

¡Un abrazo!

José y Esther dijo...

Yo también me la guardo para la siguiente. Esperamos volver pronto. Desconocida por nosotros gracias por mostrarla.
Saludos.