... cada kilómetro un mar de felicidad, cada entorno un referente para los sentidos, y cada persona, el puto mundo.



Prioratos De Segovia, Octubre 2012


Mil caras nos muestra la eterna Castilla, no me canso de repetirlo. Mil caras para el viajero, para el visitante, para el forajido, para el pendenciero. Mil caras entre prioratos y territorios, todos ellos envueltos por un manto de inimaginables historietas y entretenidas historias. Segovia no va a ser menos. Libre por un día de su ancha matriarca, sus caminos y veredas se encuentran separadas por increíbles rincones donde mejor es detenerse, aún un instante, para contemplar lo que la mano del hombre es capaz de moldear a golpe de martillo, y siempre bajo la inquisidora mirada de la tosca pero certera cimitarra. Aquella misma testigo de grandes alumbramientos y mejores luchas. Luchas con trances que han enriquecido el legado de esta vieja y gloriosa tierra en aras de sus fornidas gentes. El fin repleto de vida y prosperidad, la vida en deuda con la muerte, simplemente rodar...

Por suerte carezco de deudas y nunca las he profesado. Te hacen más dependiente, más esclavo, justo lo contrario a rodar por estas carreteras de dios a gusto y sin preocupaciones.
En Cerezo de Abajo ya me conocen, o al menos deberían. Son muchas las veces que he pasado frente a este cartel, y siempre para bien.

Es una pequeña población que se deja ver tanto como los neones que asfixian a la ciudad de Las Vegas...

... es Perorrubio, y presume de arte e historia con su Iglesia románica del siglo XIII. Su galería porticada de lo mejorcito visto.

Villafranca intenta mimetizarse con el terreno...

... y en menos que canta un gallo...

... el municipio de Condado de Castilnovo parece llamar nuestra atención. Como de una película de caballeros y batallas se tratara se alza en la inmensidad una poderosa e inquietante silueta.

Sera cuestión de aproximarse más y no errar en la posición.

Ahora sí, ahora puedo contemplar su esbelta figura. Se trata pues del Castillo de Galofre de origen árabe.

Levantado durante los siglos XII al XV es de estilo mudéjar toledano. Hoy en día, como tantos otros, su uso ha sido derivado a las malas artes del hospedaje y la gastronomía ja, ja, aún así, no me resultaría demasiado inapropiado pasar una velada al abrigo de sus muros...

Inmerso en los pinares castellanos, la CL-112 siempre pasa como de raspado evitando el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.

Antaño frondosos bosques, hoy intentan curar sus heridas con repoblaciones al gusto.

Cantalejo, Cabezuela o Veganzones...

... conforman un suntuoso vestíbulo antes de Turégano. Restos de un antiguo muro-recinto musulmán...

... pero antes, los campos castellanos encosechados y preparados para el baile.

Turégano fue la Cancillería y la Audencia de Castilla y en su Castillo, el rey Fernando buscó refugio durante el enfrentamiento dinástico en el que se vieron involucrados la reina Isabel y su hermano.

De porte imponente esta fortaleza del siglo XV acoge en su interior, incrustada a la construcción, un templo románico del siglo XII, la Iglesia de San Miguel.

Atravesando primero el recinto musulmán se accede al interior por una puerta defendida por un matacán o balcón defensivo y por dos simétricas torres.
 

Los tejados de las viejas casas, son los testigos aún con vida que han visto deambular por esta loma a la Historia más reciente de su antigua villa...

... pero ahora las calles castellanas son cada día menos transitadas, la crisis rubrica a pasos agigantados.

Junto a un templo románico los ecos de soledad se vuelven más plausibles, una vez más, el clero siempre gana ja, ja. 

La fuente es pública y American Beauty en la gran pantalla, será American Woman toda una pelandrusca de alta cuna?.

Sea lo que sea, Turégano se ha ganado el derecho a quedar confinado en lo más profundo de la memoria centralista.

El día es templado, y como si de un hito para el devoto se tratara, un crucero en lo alto de Villovela de Pirón es señal de rastro clerical ecuménico...

... y si no observen a la devota a la vera de tristes cipreses que marcan el camino hacia el no retorno. De refilón otro templo románico de buen ver, esta vez del siglo XIII. 

Por perpetua penúltima vez la vuelta sirve de consuelo y reflexión, un cartel en el desvío me señala hacia la Granja de San Ildefonso... 

... pero eso hoy no va a poder ser, quizás mañana, y mientras tanto, como reza el bueno de Rosendo, seguiremos esperando ja, ja... HASTA LA VISTA PENDEJOS!.