... cada kilómetro un mar de felicidad, cada entorno un referente para los sentidos, y cada persona, el puto mundo.



España y Portugal, Julio 2020


Muchas ganas de rodar tras un parón impuesto por la nueva realidad del Estado. Hacía tiempo que tanta inactividad no hacía encender mis capilares en modo sanguíneo y de esta manera, liberar octanos a través de mi fiel compañía y de mi fiable montura. Ya era hora de poder materializar lo reflejado en la excel a la realidad peninsular. Pero qué grande es la puñetera! Y nos lo queríamos perder. Dos semanas rodando por Iberia tanto de España como de Portugal, tanto de la cornisa cantábrica como de la margen atlántica e interior, y donde te sientes como en casa. Pues eso, a rodar y disfrutar malditos!

Día 1. Teruel aguarda.


Primer jornal y autovía hasta la ya familiar N-420



Solos y acompañados.



La jornada es calurosa como todo julio que se preste. Un reducto conocido se convierte en oasis solo apto para atrevidos sedientos.



Todo resulta extrañamente familiar, se intuye nuestro destino.



Es el paso de Cuenca a Teruel por la Comunidad valenciana, puerto incluido.

Ya huele a tierra mojada...

... y nuestra fonda de la noche lo sabe...

..., secos por los pelos!

Hacía muchos años desde la última vez.

Y es que finalizada la tormenta toca analizar Teruel y su casco antiguo.

La Plaza del Torico se encuentra un tanto desangelada aunque con público que se resiste al conformismo.

A pocas calles se encuentra esta joya del Mudéjar aragonés, la Catedral de Santa María de Mediavilla.

Junto a la de Tarazona, seguramente los únicos representantes de este estilo arquitectónico en nuestra España.



En la Plaza del Obispado confluyen parte del ambiente material y espiritual de esta villa de realengo.



Las Torres mudéjares de Teruel tienen su propia leyenda...

... como la de San Salvador.



A la cena ha cesado completamente la lluvia. La jornada de mañana promete pero antes, un gran restaurante para rematar una gran velada maña... y hasta mañana.  

Día 2 y a Jaca.
Despiertos y desayunados toca corneta hacia la siempre sorprendente provincia de Huesca. 

Se trata de un paseo por sus rojizas autovías impregnadas de hierro en su fuero interno...

... y como el que no quiere la cosa, ya estamos en la familiar Jaca. Esta vez nuestra fonda ha subido de categoría por motivos ajenos a esta Compañía, y recepcionista a la altura, sí! 

Tan solo cruzar la calle y un siempre recomendable y ecléctico anfitrión de estómagos necesitados, que incluye además sorprendentes y ricos caldos de la tierra.

El casco histórico es ya conocido y por supuesto pateado...

... se trata de la Catedral románica de San Pedro, siglo XI.

En sugerente pose se encuentra representado en este rincón Ramiro I de Aragón, que entre otras cosas sentó las bases de lo que sería el Reino de Aragón.

En el ábside central de la catedral permanecen las huellas de las distintas fases de reconstrucción, obtenidas gracias a las marcas que los canteros dejaban en la piedra.

Moldeado y horneado, y a descansar que tocan retreta.

Día 3. Pamplona por cercar.
Día soleado y nuevo destino. En tan solo un puñado de buenos kilómetros, habremos de dar buena cuenta de una ciudad que se resiste a claudicar incluso a medio fuelle. Pamplona nunca será doblegada. 

Algunos madrugadores en el camino...

... de la ya tantas veces transitada N-240.

Entre rectas y subidas...

... o curvas a siniestro...



... y diestro,...

... la localidad de Sangüesa.

La emergente torre de la Iglesia de Santiago cual vigía, vela por nuestra montura durante el paseo urbano. 

En su calle Mayor se expone su Ayuntamiento sobre parte del original Palacio de los Reyes de Navarra, siglo XVI.

La Iglesia de Santa María la Real, románica y del siglo XII...

... se ubica al final de la calle Mayor antes del puente metálico...

... que cruza el Río Aragón.



Su gran portada es sin duda de las más espectaculares y complejas de toda Navarra.

Ya de vuelta a nuestra montura se nos invita a visitar el taller de un nonagenario artista y artesano...

... de este municipio reconvertido en Ciudad, tras el pago de 6000 ducados.

Encantados y agradecidos, gracias Nicolás.



De nuevo en ruta...

... hasta la fonda del día en la urbe de Pamplona, antiguo Reino de Pamplona y posterior Reino de Navarra.

Instalados y refrescados es hora de ver... Iglesia de San Lorenzo que debe su actual aspecto a las reformas del siglo XVIII. 



La Muralla de la ciudad es levantada tras la incorporación del Reino de Navarra a la Corona de Castilla, allá por el siglo XVI.

Rincones coloridos...

... y puntos de avituallamiento en tránsito, sí!

El Ayuntamiento más solo de lo habitual...

... aunque pensando en recuperar lo perdido.

A media tarde las calles y sus cafés nos susurran cosas buenas...



... y en su Plaza Mayor lo revivimos.

Esta estatua en bronce nos ha de recordar que nos hallamos en tierra de Fueros, para bien o para mal. 

Mandada construir por Felipe II, la Ciudadela ha protegido a la ciudad de sus ancestros enemigos y protegido de sí misma.

Con semejante cureña y aparejos presentaría respetos a la mismísima pérfida Albión...





... mas con esta otra, mis credenciales irrefutables ja, ja

Y con la dama del jardín, hemos de retirarnos a nuestros aposentos...

Día 4. Tarazona fronteriza.


... pero antes parada en Olite y visita obligada a su Palacio de los Reyes de Navarra en un estado de conservación excepcional, gracias sobre todo a una restauración bien gestionada y ejecutada. 

Data del siglo XIV...

... y aunque ha perdido la magia de sus jardines originales, el verde extramuros es más que suficiente.

En su interior el desorden de estilos...

... afianza su encanto.

Entre torres...

.... y muros...

... su aspecto llegó a considerarse en tiempos, de lo más logrado en Europa.

Al fondo se divisa la Iglesia de San Pedro, románica ella.

En espera...

... y en descanso.

Su Plaza más importante y transitada, es hogar del Ayuntamiento de la ciudad que recuerda a aquellas mansiones de nobles navarros en tiempos del medievo.



Atrás queda Navarra y hacia adelante nuestra fonda del día.

Y a pesar de los avisos, oiga!





Tarazona es ciudad fronteriza tanto con Navarra como con La Rioja y Soria ya en Castilla.  En su paseo tristemente inactivo, a la vera del río Queiles, se suceden las fachadas en armonía con el conjunto...  

... y hasta algún entrometido de dos ruedas que siempre encuentra excusa para deleitarse con la gastronomía local.

Ciudad de vasta andadura y riqueza cultural, que ha sabido mantener la herencia tanto de moros y cristianos como de emprendedores judíos. En la Plaza Mayor se encuentra su Ayuntamiento sobre antigua edificación del siglo XVI...

... la Judería...

... y en la otra margen del Queiles, la Catedral de Nuestra Señora de la Huerta. Originalmente gótica del siglo XIII ha ido añadiendo conceptos mudéjares en sus sucesivas reconstrucciones. De las más detallistas y hermosas jamás vista, debido sobre todo a esos frescos descubiertos en su última gran restauración, y que habían permanecido ocultos durante siglos.



Plaza Antigua de toros, y pensando en cenar y descansar que ya toca...

Día 5. El Santo y la Concha.


De vuelta a Navarra diseccionando la  NA-120 camino del norte guipuzcoano

Primer tramo de rectas y llanuras...





... atravesando la Sierra de Andía hasta el Puerto de Lizarraga. Quién dijo frío, joder!

Entrados en ciudad y a dos ruedas por el Puente de María Cristina, conectamos con el santo San Sebastián... 

... hasta nuestra fonda de la noche donde habremos de cuidar de semejante rebaño ja, ja.

Tras la rigurosa ducha de refresco, paseo urbano en búsqueda activa de entretenimiento y mesa. 

El neogótico más acentuado se encuentra representado en la Catedral del Buen Pastor, siglo XIX.

Es sin duda lo más visitado y frecuentado, la Playa de la Concha y sus interminables paseos junto al Cantábrico... 



... con el permiso de su Club Polideportivo, por supuesto.

Durante la Belle Époque donostiarra la ciudad fue residencia veraniega de los Borbones en tiempos de María Cristina, la reina regente.



Por sus céntricas calles, pintxos y vinos están a la orden del día para el que bien sabe apreciar.



Barroca es sin duda la Basílica de Santa María del Coro...

... y sin duda aquí pero que mucha historia.

Día 6 y 7. Santander siempre apetece...
... tanto o más. 
En mas de una ocasión he coincidido en esta gran ciudad con mi querida artillera y con no menos Batallones también presentes.



La N-634 es ya una vieja conocida...

... a diestro...



... o siniestro.





Aunque pocas, siempre se agradecen.



Lástima de miras que hubieran podido ser desde nuestra fonda ya en Santander.

Toca Paseo marítimo.

El horizonte en calma chicha,...

.... y en tierra, dedicado a esos montañeses cántabros fallecidos en la Batalla de Trafalgar.

Al día siguiente y amarrado en el puerto de Santander, se encuentra esta réplica del Galeón Andalucía,  nave proveniente de la Flota de Indias hace ya más de 500 años.



Es visitable y permite revivir las condiciones de navegación de la época.



Enfrente toda una referencia para bien o para mal, Banco de Santander.

Rincones exclusivos...

... y hacia nuestro siguiente destino.

Se trata de la estatua conmemorativa a del Capitán de artillería Pedro Velarde...

Instigador y organizador junto al Teniente Luis Daoiz, del levantamiento del dos mayo contra el invasor francés en el Parque de Artillería de Monteleón en Madrid... Es preciso batirnos; es preciso morir; vamos a batirnos contra los franceses.

... y detrás la Plaza con su nombre.

Al amparo del Centro Botín...

... una última mirada a ése Cantábrico sardinero, y hasta la próxima!

Día 8 con sidra.
Incluida en la planificación por el interés de rememorar el ambiente en sus calles, la ciudad de Oviedo es la elegida como destino de la jornada octava del viaje.

No dejamos la N-634 que bien nos lleva y mejor nos sabe.



Como en casa...

... pero esta vez sin ni siquiera parar. El puente a reventar de coches señal de que la ciudad bulle de turismo estival.

La carretera es buena y tranquila...

... y hace aflorar dudas y consecuencias de lo más personal.

Con motos todo es más sencillo...

... y en La Franca algo se cuece.





A veces imagino miras virtuales, no lo puedo evitar...



... y otras, hasta un vino en Ribadesella.

La pernocta del día más que recomendable. El ambiente es propicio para visitar las calles del centro de Oviedo...
                                       

... pero antes, hay hambre y toca remojar con caldo de la tierra en la Plaza del Paragüas.

En la Corrada del Obispo se encuentra el Palacio episcopal a la izquierda y la Puerta de la Limosna. Desde esta última se accede al claustro de la catedral.

El complejo catedralicio se impone en la marcha...

... y el gótico gana su sitio.

Conocida además por Santa Ovetensis, guarda numerosas reliquias que en tiempos trajo el rey piadoso Alfonso II el Casto, para evitar que cayeran en manos moras. 





La Regenta de Clarín la ve así...

... y muy cerca la sede de la Universidad de Oviedo.

Es sin duda la ciudad de los paseantes.

Desde calles céntricas y fachadas modernistas...



... hasta templos al uso historicista ecléctico, Iglesia de San Juan el Real.

Y mientras tanto todo un icono, Tino Casal.

Día 9 verano en Pajares.
Jornada estratégica de acortar distancias con la vecina Portugal, pero antes Pajares. Y parafraseando a mi amigo Rodrigo de Burgos, Así está el tema. Este año Pajares yo creo que no ha visto el sol...

Después y ya cerca de casa...

... la Torre de Pena por fin fotografiada.

Forma parte de un antiguo conjunto de fortificaciones con la función de prevenir ataques, principalmente de los invasores portugueses y de la Pérfida Albión.
Después, noche en Verín y a descansar que mañana será otro día... y mejor.

Día 10 y 11. Viana do Castelo.
Desayuno gallego y en un rato estamos en las autopistas portuguesas previa ceremonia identificativa de visa y moto. Si vas con el destino en mente y quieres aprovechar el día, sin duda la autopista es la opción más eficaz..., y sin darte cuenta ya estás en Viana do Castelo.

Al fondo la pernocta para estos días deseando conocer. 

Nos hospedamos junto al puerto donde descansan pescadores... 

... y hasta antiguos buques hospitales como el Gil Eannes.

Navegantes de altura, además, recuerdan el esplendor de la navegación lusa durante el siglo XVI, Joao Álvares Fagundes...

Ya en la ciudad, la Plaza de la República congrega a su alrededor mansiones e iglesias del casco histórico.

Fuentes renacentistas como la Chafariz,...

... la Capela das Malheiras representativa del baroco portugués,...

... y sus callejuelas empedradas, hacen todo un paseo para el recuerdo.



Albergue de peregrinos San Joao da Cruz dos Caminhos...

... Estación de ferrocarril...



... y de vuelta a sus calles para degustar platos de la mar de primera, esta vez bacalao, si señor. 



Segunda jornada en Viana...

... y tras mojarnos los piececitos a la orilla del mar...

.... subida a lo más alto de la ciudad para visitar la Basílica de Santa Lucía

Solo por las vistas de la ciudad ya merece la pena subir por su serpenteante carretera de adoquines...





La popa resulta más conjuntada...



... pero lo nuestro es la proa ja, ja.

Toca comer y como no podía ser de otra manera, bacalao ao forno,... y menuda ración! 

Atardece en Viana do Castelo...

... y a la cena otra de mar, salud!

Día 12. Figueira da Foz 
Sin duda Portugal bien merece ser recorrida en moto. Resulta un país encantador y cautivador. Sus carreteras siempre entretenidas y sus gentes, amables no, lo siguiente... de lo mejorcito de la Peninsula. Y  nuestra fonda del día, esta vez junto al centro de  Figueira da Foz.

El Forte de Santa Catarina, siglo XVI, construido a petición de Felipe II de España, defendía la ensenada de los continuos ataques de corsarios de la pérfida Albión, incluido Francis Drake (Sir). 

En la actualidad su emplazamiento ha sido reconvertido para deleite de paseantes.

 



El Puerto deportivo marca el inicio de un recorrido completo por toda la ciudad...









En su casco histórico, llama la atención una bandera comunista sobre la fachada del edifico que alberga uno de los café-restaurante más legendarios de la ciudad. 



Callejeando, destaca el colorido de los baldosines sobre las fachadas de casonas y palacetes...



... y con el verde de vuelta, mañana más.

Día 13 y Guarda espera.
Vieja conocida y por conocer para mi artillera, es la ciudad de Guarda. Sin duda una ciudad con rica Historia y todo lo imprescindible para un peninsular en época estival. Nuestra fonda del día de l todo recomendable.
                             

En la plaza de su Catedral, siglo XIV, se concentra la vida contemplativa del casco antiguo de la ciudad...

... y algunas especies salvajes ja, ja.

Tanto en el interior...



... como en el exterior, es visible su gran estado de conservación gracias a una dedicación encomiable por parte de sus responsables guardianes.

No te dejará indiferente,...

Lo mejor del Barroco portugués se concentra en este modesto templo de la Misericordia, siglo XVII...
 

... y más abajo, los que algún día esperan revivir.

Y a la hora de comer, nada mejor que un buen arroz con tradición y bien hacer...



... y a los postres algo más, siempre.

Día 14 y vuelta a casa.
Desayunados y fortalecidos la vuelta hasta Madrid resulta gratamente entretenida gracias a la N-501 que une Salamanca y Ávila... 

... pero sobre todo porque como siempre, recapitular y revivir lo vivido por siempre resulta el mejor acicate para pensar en la próxima... ARRIONDAS!

3 comentarios:

Extremadura en moto. dijo...

Buen viaje os habéis marcado y, como siempre, bien contado. Saludos.

FREEBIRDRONNIE dijo...

Muchas gracias, extremeño de pro ;-)

MANOLOROMERO dijo...

Muy chula la ruta y mejor contada, muchas gracias por compartirla con todos nosotros, salud desde el sur artista.